Prueba final: Cuento " Un buen caballo para tío conejo"

UN BUEN CABALLO PARA TÍO CONEJO


Una vez estaban reunidos todos los animales en un sesteadero que había en medio de la montaña, eligiendo rey. Ya se habían hecho tres votaciones y siempre resultaba empate. Porque la mitad de los presentes votaba por Tío Lión y la otra mitad por Tío Tigre. 
Contaban y recontaban los votos, y siempre lo mismo: la mitad para uno y la mitad para el otro. 
En estas el Manchao se dio cuenta de que faltaba Tío Conejo y tratando de ganárselo para su causa, le dijo a los presentes:
-Aquí falta el patecera. Yo me voy a buscarlo para que diga por quién se inclina. Esperen un momentico que ya vuelvo con él.
Y echó a correr a todas las que tenía para la casa de Tío Conejo que quedaba al pié de un yucal que estaba levantando Tío Hombre. Al llegar a ésta encontró al ñeque en la situación más lastimosa sentado en el quicio colocándose unas cataplasmas de lana de oveja negra en la garganta para curarse las paperas que lo estaban matando. 
Tío Conejito, por Dios – le dijo Tío Tigre: – Camine para el sesteadero que allá estamos todos reunidos eligiendo rey. Y vote por mí, que Tío Lión y yo estamos patis. No le pesará hacerlo. Ya verá la recompensa tan grande que le doy si me eligen.
– Ni riesgos Tío Tigre. Yo no puedo moverme. No sólo que es peligroso que se me bajen las paperas, sino que tengo enconadas las sacaduras de las niguas y estoy que no doy paso. Tal vez si tuviera en qué irme.
-Yo lo llevo a tan tan, pero no se quede sin votar. Móntese en mí y camine nos vamos ligero antes de que el melenudo monte su máquina y nos haga fraude.
 -Me caigo, paisano – Contestó Tío Conejo – No ve que usted tiene un cuero muy liso? Si se deja ensillar. 
Tío Tigre que tenía muchos deseos de ser rey, aceptó la propuesta y dijo que bien pudiera aperarlo y que se montara, que hasta muy fino era. Que vería cómo no le maltrataba nada.
Entonces el Patecera se fue a la pieza de los avíos y sacó una lempa de silla natagaimuna con tiros y pretal, un sudadero de junco, porque no tenía alfombra, un bozal domador y un freno Montenegro con dieciséis coscojas, y se puso a ensillar al Manchao quien, de las ganas de ser elegido no dejó salir de su boca la menor protesta a pesar de el horror que sintió ante tanto apero. Cuando lo tuvo bien cinchado, volvió a la pieza de los avíos a ponerse los zamarros de cuero de mula, y, como quien no quiere la cosa, se chantó un par de espuelas cruzadas de esas que se van en vuelo directo desde el pecho hasta los hijares, y con la mano derecho agarró un fuete de viril de toro que había estado secando desde hacía días con una piedra en la punta. 
De un salto Tío Conejo se horquetió en Tío Tigre. Le rayó las espuelas como un vaquero veterano de los Llanos, le pegó 3 fuetazos en las ancas y puso a galope tendido su feroz cabalgadura. 
Cuando llegaron al sesteadero, el patecera dándoselas de buen chalán, hizo rastrillar como 20 metros a su cabalgadura sacando candela contra las piedras y luego, frenándola en seco casi contra el jurado, se bajó de un salto y gritó: 
-Voto por Tío Lión. ¡A Tío Tigre lo dejo para silla!
                                                                                                        Euclides Jaramillo Arango
                                                                                                                 Colombia


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1 comentario:

  1. Este blog hace que me guste mas leer y me ayuda a aprender mas fàcil

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